Costa Rica se convertirá en junio en el centro iberoamericano del debate y visibilización de la situación de la violencia obstétrica que sufren las mujeres en la región, y de la identificación de acciones conjuntas en materia de derechos sexuales y reproductivos.
Este encuentro internacional permitirá definir ejes de acción para presentar peticiones y recomendaciones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ante el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra.
Representantes de derechos humanos de países como Bolivia, Puerto Rico, Paraguay, Uruguay, México, El Salvador, Guatemala, Panamá, Argentina, España, entre otras naciones iberoamericanas, estarán en Costa Rica para analizar esta problemática.
La violencia obstétrica es definida como aquella ejercida sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres. Esta clase de violencia se expresa mayoritariamente – aunque no con exclusividad- en el trato deshumanizado hacia la mujer embarazada y en manifestaciones que resultan amenazantes en el contexto de la atención de la salud sexual, embarazo, parto y post parto. La violencia obstétrica no sólo implica violencia física, sino también violencia psíquica.
La actividad es organizada por la Defensoría de los Habitantes de Costa Rica, la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO) y la Red de Defensorías de Mujeres de la FIO, en asocio con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (INFPA), el proyecto regional PROFIO-GIZ y el Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
El evento se llevará a cabo los días 01 y 02 de junio de 2016 en el Hotel Trip Sabana, en el horario de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. y contará, y contará, entre otras expertas con la presencia de la Rosa Celorio, abogada especialista de la Relatoría de Mujeres de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Asimismo, la Defensora de los Habitantes de Costa Rica, Montserrat Solano Carboni, realizará una exposición sobre la responsabilidad del Estado frente a la violencia obstétrica.
“Este Congreso permitirá visibilizar la situación de la violencia obstétrica como un fenómeno que violenta los derechos humanos de las mujeres e identificar estrategias conjuntas viables en el marco de las competencias institucionales de las Defensorías del Pueblo de Iberoamérica”, sostuvo Solano Carboni.
Para la Defensora, al igual que otras formas de violencia contra las mujeres, la violencia obstétrica permaneció mucho tiempo invisibilizada. Una de las causas del silencio sobre estos hechos puede responder a que muchas veces estos comportamientos son vistos como normales por parte de las mujeres a la hora de recibir la prestación de los servicios de salud, pues consideran que someterse a tratos degradantes es parte inherente de hacer uso de dicha atención. En nuestra sociedad, así como en la mayor parte de los países de Iberoamérica, estos comportamientos se hallan naturalizados, lo que dificulta el reclamo de las mujeres violentadas quienes temen reclamar por sus derechos o, lo que es peor aún, no conocen sus derechos.
A partir de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, la salud sexual y reproductiva, como componente integral de la salud, se reconoce como un derecho fundamental que incluye la integridad sexual, el derecho a elegir, la educación y el acceso de la atención de salud.
La Organización Mundial de la Salud ha determinado que muchas mujeres mueren de complicaciones que se producen durante el embarazo y el parto o después de ellos, de las cuales el 85% de las principales complicaciones pueden evitarse. Los datos indican que unas 800 mujeres mueren cada día en el mundo por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto.
Romper el silencio
Para la Defensoría, al igual que otras formas de violencia contra las mujeres, la violencia obstétrica permaneció mucho tiempo invisibilizada. Una de las causas del silencio sobre estos hechos puede responder a que muchas veces estos comportamientos son vistos como normales por parte de las mujeres a la hora de recibir la prestación de los servicios de salud, pues consideran que someterse a tratos degradantes es parte inherente de hacer uso de dicha atención. En nuestra sociedad, así como en la mayor parte de los países de Iberoamérica, estos comportamientos se hallan naturalizados, lo que dificulta el reclamo de las mujeres violentadas quienes temen reclamar por sus derechos o, lo que es peor aún, no conocen sus derechos.
A partir de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, la salud sexual y reproductiva, como componente integral de la salud, se reconoce como un derecho fundamental que incluye la integridad sexual, el derecho a elegir, la educación y el acceso de la atención de salud. La Organización Mundial de la Salud ha determinado que muchas mujeres mueren de complicaciones que se producen durante el embarazo y el parto o después de ellos, de las cuales el 85% de las principales complicaciones pueden evitarse. Los datos indican que unas 800 mujeres mueren cada día en el mundo por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto.
En Costa Rica en el caso del tema de la violencia obstétrica, la Defensoría de los Habitantes ha venido liderando procesos de cambio para que la seguridad social fortalezca las capacidades de las maternidades públicas, mediante reforzamiento de procesos de capacitación al personal y de la atención de las mujeres antes, durante y después del parto, entre otras acciones.
Algunos ejemplos de violencia obstétrica que sufren las mujeres
- No atención oportuna y eficaz de las emergencias obstétricas.
- Obligar a la mujer a dar a luz en posición supina y con las piernas levantadas, existiendo los medios necesarios para la realización del parto vertical.
- Obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre, sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo o cargarla y amamantarlo o amamantarla inmediatamente al nacer.
- Alterar el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnica de aceleración, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.
- Practicar el parto por cesárea, existiendo condiciones para el parto natural, sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.
- No permitir a la mujer que pueda estar acompañada por una persona de su confianza y elección antes, durante y después del parto.
Oficina de Prensa. Defensoría de los Habitantes de Costa Rica