HONDURAS: ¿Qué esperamos de los nominadores?
“De los 7 miembros de esta Junta, para la delicada función que tiene que cumplir, con sinceridad les digo, que el que más me inspira confianza es Conadeh”.
Por Óscar Lanza Rosales
Creo que la mayoría de los hondureños compartimos, que el nuevo sistema para elegir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) es mejor que el que teníamos hace 20 ó más años, pero todavía no es el más adecuado, comparado con el que tienen los países desarrollados como Estados Unidos, cuyos titulares son vitalicios, y solo cuando fallece alguno de ellos, al presidente del Ejecutivo le corresponde postular a un candidato, que debe ser avalado por el Senado para que sea nombrado como tal. A mi juicio ese es un buen sistema, porque le garantiza a la sociedad un poder judicial del más alto nivel, casi intocable, con los abogados más calificados del país, intachables, sin una participación visible en actividades políticas, sociales o de otra índole; de una vida discreta y entrega total a cumplir su función pública, a aplicar la ley, y hacer justicia en el sentido más amplio de la palabra. Eso garantiza a la sociedad un poder judicial fortalecido, el más importante en un país desarrollado, que a su vez garantiza las libertades a sus habitantes y la igualdad ante la ley, lo mismo que instituciones democráticas fortalecidas.
Sin lugar a dudas, el nuevo sistema que tenemos es mejor que cuando López Arellano, actuando como jefe de Estado, nombraba directamente a los magistrados de la CSJ incluido su presidente; o cuando quien lo hacía era don Jaime, que como parte de la distribución del botín político, a él como candidato perdedor le correspondía hacer lo que quisiera con ese poder estatal.
Como todos sabemos, con el nuevo sistema que tenemos los hondureños, la Junta Nominadora (JN) integrado por 7 organizaciones, selecciona 45 candidatos a magistrados de los 140 precandidatos (20 por cada organización de la JN), que son propuestos al Congreso, quien selecciona y nombra a los 15 magistrados que van a integrar la CSJ para los próximos 7 años.
Este sistema es mejor que el anterior, pero creo que los hondureños todavía no estamos contentos con las cortes que hemos logrado con este nuevo proceso, porque seguimos con un Poder Judicial débil y sumiso frente a los otros poderes, medio politizado y representando total o parcialmente intereses económicos.
Y esto sucede porque quien los nombra es el Congreso, que por su naturaleza es una institución politizada y quien propone los candidatos es la JN, cuyos miembros, algunos son muy respetables porque están imbuidos en su misión con valores éticos, morales y patrióticos, y tienen las mejores intenciones en su papel, pero otros dejan mucho que desear, que no contribuyen a la justicia a que aspiramos los hondureños.
De los 7 miembros de esta Junta, para la delicada función que tiene que cumplir, con sinceridad les digo, que el que más me inspira confianza es Conadeh. De algunos, como el Claustro de Profesores y sus representantes, la mayoría de los hondureños desconocemos su trayectoria. Otros como las centrales obreras, creo que van a estar más interesados en imponer sus precandidatos especializados en la parte laboral, o la sociedad civil, de imponer evangelistas, porque su representante es de esta religión. Les confieso que no estoy de acuerdo que pastores o sacerdotes participen de estos procesos, que deberían ser completamente laicos, porque entran en conflicto con su función espiritual en la sociedad. Del Colegio de Abogados, creo que la mayoría de los hondureños desconfiamos de él, porque es el más politizado y menos transparente entre los colegios, por la imagen creada por los medios de comunicación por su actuar interno, y acentuada por las amenazas veladas de su actual presidente, de proceder legalmente contra quienes estén en desacuerdo con los precandidatos escogidos por su organización.
Con relación a los representantes que eligió la CSJ, políticos conocidos, un liberal y un nacionalista, no es un buen mensaje de ese organismo, ni para la sociedad ni para augurar un buen proceso de selección. La CSJ debería haber elegido como representantes, a dos juristas, sin obsesiones políticas, distinguidos por un trabajo inmaculado y excelente en ese poder del Estado, y que sean orgullo de sus colegas en la aplicación de la ley.
Finalmente, no perdemos la esperanza que esta JN y el Congreso, elijan una mejor Corte que la actual, que fue cómplice en la sustitución ilegal y abusiva de cuatro de sus miembros por parte del Congreso, y uno de sus integrantes se dio el lujo de representar públicamente los intereses de un dulce sector económico e importante del país. ¡Esa es la esperanza!
FUENTE: El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de la República de Honduras
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