Españoles presos en el extranjero

Las personas privadas de libertad en el extranjero constituyen uno de los grupos más vulnerables de población que existen.
El desconocimiento del idioma, el desarraigo de familiares o amigos, el deseo no siempre satisfecho de conocer su situación procesal y penitenciaria ocircunstancias penosas como el hacinamiento, la mala alimentación, la falta o deficiencia en la asistencia sanitaria, el consumo de estupefacientes, la falta de trabajo penitenciario, la corrupción de algunos funcionarios de prisiones, las condiciones de insalubridad o la falta de seguridad a la que se ven sometidos, hace que estaspersonas merezcan la atención prioritaria de las Administraciones públicas españolas.
Los casos responden en su mayoría a un perfil socioeconómico bajo, que hace su situación dentro de la cárcel aún más complicada. Casi ninguno tiene antecedentes penales pero sí una difícil situación económica, que les mueve a embarcarse en una operación de dinero “fácil”, engañados por las mafias.
La experiencia del Defensor del Pueblo demuestra que es fundamental la adecuada atención consular, y para ello debería dotarse a los consulados de más medios personales y materiales, puesto que muchos suplen con su compromiso social y personal las limitaciones presupuestarias.
Pero la importancia del problema no debiera dejar la solución al arbitrio del mayor o menor interés del funcionario en cuestión. Sería conveniente la regulación en una norma única, con un rango normativo adecuado, que contemplara con mayor precisión las obligaciones de los Cónsules y funcionarios consulares.
Deben también agilizarse los procedimientos de traslado a España de personas condenadas, aprovechar los vuelos de repatriación de inmigrantes, y llegar a acuerdos con las compañías aéreas que permitan abaratar los billetes para optimizar los recursos presupuestarios.

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