El Centro de Protección de Datos Personales de la institución elaboró una serie de consejos sobre el uso de Internet y las redes sociales durante las vacaciones de verano.
¿Qué hacemos con nuestros hijos y esa imperiosa necesidad de mirar todo el tiempo el chat, Facebook e Instagram? ¿Qué hacemos cuando estas herramientas que nos permiten comunicarnos sin fronteras nos desconectan de las personas más cercanas?
Somos conscientes que así como en otras épocas la TV cambio la dinámica de las familias, las pantallas en esta era también establecen nuevas reconfiguraciones. Porque justamente es un nuevo espacio donde se tejen las relaciones y se generan maneras de ser.
Resulta importante que los adultos no perdamos nuestro rol de cuidado y protección, pero sí que pensemos maneras de acompañamiento en el uso de la tecnología que sean flexibles, abiertas y creativas, fundamentalmente con los niños y niñas.
Por eso estas sugerencias apuntan a que cada uno tome lo que le sirve y pueda pensarlo según cada realidad, familia, niño y niña y situación.
Ojos que ven…
Sabemos que lo que los chicos reciben de los adultos que los rodean es referente para su vida, aunque no sea la única condición para el desarrollo. Nacen en un entorno donde las pantallas están presente y ellos las viven. Aún así, el rol de los adultos sigue siendo igual de importante y por lo tanto habría que pensar cuáles serían las condiciones o las ofertas que hacemos como adultos para que un chico deje la Play o la tele y elija otra forma de interacción.
Por lo tanto, resulta necesario preguntarnos, por un lado, “si nosotros tenemos ganas de que se apague la tele” ya que a veces funciona como un elemento que “entretiene”, vale decir tiene al chico/a ocupado/a.
Por otro, vernos en situación. Si el adulto se desespera por un teléfono, no puede dejar de estar pendiente de él, ni suspenderlo y resistir a la inmediatez, está brindando modelos de identificación que probablemente sean aprehendidos por los chicos. El niño crece en un entorno, mira, se identifica.
La seguridad primero
La seguridad tiene que ver con el uso responsable, con el cuidado propio y hacia los demás. Si bien los niños tienen una especial destreza en el uso de las pantallas, resulta fundamental supervisar y cerciorarse como se encuentran activadas las configuraciones y las opciones de privacidad de los perfiles en redes sociales y otros servicios de Internet. Además de la utilización de contraseñas seguras y privadas, y prestar atención a la activación de la geolocalización, es importante cuidar la información que publicamos sobre nuestras vacaciones para evitar situaciones desagradables. Pensar antes de compartir es manejarse de manera segura.
Yendo de un WiFi a otro
Si utilizamos el servicio de conexión gratuita debemos asegurarnos que el mismo sea proporcionado por el hotel, parador de la playa en el que estemos u otra red pública, por ejemplo, y no por prestadores desconocidos o poco seguros. Alertemos a los chicos que en la conexión mediante el Wifi público no se recomienda poner información confidencial. Nunca sabemos quién está detrás de esas redes!!! Son las puertas de acceso a toda nuestra información personal.
Cuidado con las aplicaciones que se descargan
Durante las vacaciones solemos tener más tiempo libre para explorar el celular o la tablet y descargar aplicaciones de juegos, de información sobre los lugares que visitamos o de promociones. Estos productos pueden esconder algún virus o malware. Para protegerse, una buena medida es descargar la aplicación de la tienda oficial y prestar atención a la hora de aceptar los permisos de uso.
Cuidando nuestra intimidad
Los contenidos que publicamos en Internet aportan más información sobre nosotros de la que imaginamos. Por eso es tan importante pensar bien sobre las repercusiones que puede tener un comentario o una fotografía cuando la subimos a la red, ya que todo lo que subimos no resulta fácil de eliminar. Aunque no se vea la información está guardada en algún lugar de la nube. Es importante prestar atención al realizar selfies en lugares o en situaciones en las que puedas poner en riesgo tu integridad física.
Aunque no los veamos, los otros están
Preguntar a tus amigos antes de etiquetarlos si quieren que ese contenido o foto sea subido, es una pauta de relación que siempre es necesaria para favorecer relaciones respetuosas. No todos nuestros familiares o amigos desean aparecer en las redes sociales, ser reconocidos o hacer público dónde y con quién se encuentran en las vacaciones. Por ello no subas información de terceros sin su consentimiento, más aún si se trata de chicos y chicas menores de edad.
Aprendiendo juntos
Tomarse el tiempo para compartir juntos, buscar información, jugar, etc son acciones para guiar a los hijos en sus primeros pasos por la red en lo referente a ser usuarios responsables de las tecnologías conectadas. Y también para aprender de las habilidades y saberes que ellos nos aportarán.
Una sola vida
Es importante concientizar a los chicos que nuestro comportamiento en el mundo online es el mismo al que tenemos fuera de la red. Por lo cual debemos ser coherentes y tener en cuenta las mismas pautas de convivencia. El otro está presente, que no se lo vea o no se lo toque no significa que está ausente. Es una presencia distinta.
Pensemos que las vacaciones pueden ser oportunidades de reencuentro que nos permiten valorar las relaciones con nuestra familia. Aprovechar estos momentos para hacer que la tecnología nos acerque a las personas distantes pero sin alejarnos de las que nos rodean.
Tomado de: Defensoría.org